¿Cúando se deja de esperar?
¿Hay que saber esperar?
¿Se debe seguir esperando?
¿O mejor salimos a jugar?
A mi me dieron el mar
y sus orillas
y el golpe de la espuma, el viento y el agua
y el aire de los labios
que son las palabras, que son las palabras.
Tengo ganas de abrazar tu vida, vida.
y aprehenderme amante de tu cuerpo, viva
y porque el amor se armò de barro
y piedra
y yo a vos te quiero aqui en la tierra
Y a vos te dieron la sed y el aroma
y la ternura tambien y el amor
QUE TE VOY A DECIR .
Hay días que sinceramente me cansó y odio jugar a ser grande..
Porque las cosas no son tan simples como cuando uno se pasaba toda la tarde ruco viendo tele o jugando futbol.. y su mayor preocupación era de la el viernes entregaban la libreta y tus taitas se iban a enterar de en cuantos supletorios te habías quedado, o que te habían cachado fumando en el cole...
O cuando regresabas del jardín de infantes y tu abuelita te espiaba desde la ventana para que no te pasara nada, si bien el jardin estaba a 4 casas de la tuya..
Lo peor de todo, es que agunas de las preocupaciones que tenemos ahora son tan patéticas y recaen directamente sobre cosas no tan importantes como el dinero o trabajo.
Será que al seguir quemando etapas de la vida seguiremos da guardando en la bodega de los recuerdos todos los objetos importantes de éstas mismas? ¿Que me dicen ustedes?
Encendida siempre la televisión
bajo cuatro llaves la conversación
duerme el dominó junto a la baraja
y la soledad va de granja en granja.
Las bombillas rotas de la última fiesta
el vino que se enfría, se enfrío la siesta
ya no hay juventud, se marcharon todos
y el invierno llega de cualquier modo.
Rotos los manteles del festín de boda
nadie baila el baile de la última moda
Olvidado el cuento de los niños buenos
somos casi nadie, siempre somos menos.
Es un lugar, perdido bajo el sol
es solamente un pueblo más con las puertas cerradas
y en una mesa gris, bajo el polvo gris
se duerme una vieja postal.
Asfaltado el barro del camino viejo
ya no queda tierra donde el río es negro
ya no hay forasteras en la plaza grande
ya no bebe nadie el agua de la fuente
Olvidado el sabio consejo del viejo
la petaca, el vino y el tabaco fresco
ya no quedan risas de siega y de sol
encencida siempre la televisión.
Es un lugar, perdido bajo el sol
es solamente un pueblo más con las puertas cerradas
y en una mesa gris, bajo el polvo gris
se duerme una vieja postal.